jueves, 26 de noviembre de 2009

eleeeeeeee mis niños otra vez... (por gentilela de Xanti)

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No estamos ciegos, no estamos sordos, no estamos mudos...
y sabemos lo que queremos.
Y lo que no queremos?, También lo sabemos!.

Gracias a todos por estar ahí!.
E.





Manifiesto leido en el Ayuntamiento de Quart de Poblet

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¿Qué podemos aportar los hombres en este día en el que se nos hace patente que la violencia de género es un lastre social que no podemos ni queremos admitir?

Queremos manifestar públicamente nuestra solidaridad y respeto por todas aquellas mujeres que sufren día a día una infravaloración y dominación física, psíquica y económica, ejercida por un varón a través de una relación aparentemente amorosa que se alimenta de sufrimiento, dolor y destrucción de la mujer y a la postre del hombre.

También queremos reconocer el esfuerzo que las mujeres han hecho por cambiar su auto-percepción. Identificar su sufrimiento y aceptar que están en una posición de discriminación para tratar de subvertirla, no es una tarea sencilla, sino que conlleva un gran trabajo de reconstrucción de la propia dignidad. La valentía de afrontar este proceso constituye una de las revoluciones sociales más importantes del siglo pasado.

Vivimos en una sociedad patriarcal donde los roles y valores asignados a hombres y mujeres nos separan, incomunican, distancian y nos enfrentan. A través del tiempo hemos ido incorporando esa división entre lo masculino y lo femenino como una diferenciación excluyente y jerárquica de las personas en función de ser varón o hembra, repitiendo un guión constante de desvalorización y empobrecimiento con nosotros mismos y con las mujeres. Esta estructura patriarcal perpetúa una sociedad machista, donde el hombre mira a la mujer como un ser inferior y niega la igualdad, otorgándose el poder sobre ella.

Ahora que nos damos cuenta y nos cuestionamos que la sociedad en la que vivimos la construimos día a día, que somos responsables de lo bueno y de lo malo, que hay cosas que es preciso transformar, empezando por nosotros mismos; somos muchos los hombres que admitimos que el machismo tampoco nos hace felices; porque sentimos que nos impide vivir nuestra vida; porque también nos pertenecen otros valores, sentimientos y emociones que nos ha costado reconocer y aceptar. Por todo lo cual se impone la necesidad de establecer entre hombres y mujeres relaciones de igualdad, de respeto a las diferencias, de buen-trato y de paz. La cultura machista nos perjudica a todas y todos, nos separa y acrecienta las heridas.

Los hombres no podemos callar ante la violencia machista sobre las mujeres. Hemos de perder el miedo a que nos señalen por manifestar nuestra pública repulsa contra ella. La violencia machista contra las mujeres no acabará sin nuestro compromiso activo, cuantos más hombres la condenemos en nuestro entorno cotidiano más corto será el camino que nos lleve al final de ésta, y estaremos sembrando las bases de relaciones más equitativas que nos posibiliten sentir la riqueza y el bienestar en nuestras vidas.

Somos responsables de no mirar hacia otro lado y de decir:
¡NO con mi silencio! ¡NO con mi ceguera! ¡NO más mujeres muertas!

La violencia contra las mujeres nos hace daño a tod@s, no pongamos ni un grano de arena más para que se mantenga.

En Valencia a veinticinco de noviembre de dos mil nueve.


jueves, 19 de noviembre de 2009

Franco se ahoga!



Cada vez que emergemos, Franco se ahoga.

Cada vez que decimos lo que pensamos, Franco se ahoga.

Cada vez que disfrutamos, Franco se ahoga.

Cada vez que hacemos disfrutar, Franco se ahoga.


Pero mirarlo… se resiste!, y nos devuelve parte de su sepultura, por que aún puede asimilarla y escupirla contra nosot@s. No es que quisiera volver, lo que no quiere es irse del todo.


Él, sus crímenes y sus pupilos, no pudieron ahogar las ansias de libertad, de ser felices de un pueblo, que vencido en el 39, no descansará hasta verlo cubierto de lodo, enterrado bajo un cielo tricolor.


No es nada personal… o sí?.


Padecimos el atraso de su demencia, y nos educaron en la aprensión a nosotr@s mism@s. Todavía hoy seguimos arrastrando lo que nos puso en las maletas. Maletas de miedo: miedo a pedirlo todo, miedo a tomarlo todo, miedo a disfrutarlo todo y miedo a compartirlo todo.


Somos much@s, pero mirarlo… todavía se le ve levantar cabeza y escupirnos.

No hay que bajar la guardia hasta ver su coronilla hundirse, pero sobre todo, hay que intentar ser felices, por que para eso hemos venido y no hay nada más fuerte que eso, para sepultarlo.


Disfrutar del regalo de la vida nos hará luchar por conseguirlo, nos hará creer en que otro mundo mejor es posible y que la responsabilidad de diseñarlo, está en nuestras manos… y- que- lo- podemos- todo.


Hoy 20 de noviembre, no te cortes, disfruta, y lo verás desaparecer unos centímetros, que son tuyos.

Los que no tomes tú… los tomará él.

E.

martes, 17 de noviembre de 2009

Ellos están perdidos, pero nosotros, nos encontramos?.

Hola amigos!.
Con todos los respetos y sin ánimo de molestar a nadie... creo que es de "género idiota", llamar a la violencia machista violencia de género, me parece dar un paso atrás.
Puede parecer que es una cuestión secundaria, de léxico... de utilizar una palabra u otra, pero no lo es.
Lo cierto es que cuando hablamos de violencia machista se aprietan dientes, estómagos y escondidos... hasta puños, me atrevo a decir.
Y se aprietan de pura rabia, de rigidez, de incomprensión, de soledad... la misma que consciente o inconscientemente da amparo al maltratador por una absurda
condición de pertenecer al mismo género y nada más.
Creo que precisamente por eso, es extremadamente importante, en esta ocasión, llamar a las cosas por su nombre, o es que acaso pensamos que dulcificando el lenguaje, vamos a conseguir más adeptos?.

Nunca me ha gustado la paz que promueven algunos... que no es otra que la de los cementerios. En vez de racismo, vamos a hablar de quienes discriminan por tener una pigmentación diferente, no vaya a ser que alguien se moleste!. No me gusta este juego.

Soy hombre y me enorgullezco de serlo y de pertenecer al género humano, al de las personas. Puedo maltratar a un niño a una joven a un abuelo o a una negra, pero sólo por que soy una persona inmadura, incivilizada, mediocre, egoísta, prepotente... pero no por pertenecer a un género. Y si maltrato y doy comprensión a la violencia sobre las mujeres, por creerlas inferiores y por que ellas se lo buscan... soy un machista de mierda.

Si fuera mujer, no me gustaría que los hombres "progres" -que ya han callado demasiado-, andasen ahora con titubeos, con tibiezas,y me avergonzaría de mi compañero si este hablase de género, en vez de violencia machista.

Soy un poco animal, lo sé, pero es que para andar con rodeos ya hay demasiados otros.

Y vosotros... dónde estáis?.

Ellos están perdidos, pero nosotros, nos encontramos?.
E.



ELLOS ESTÁN AQUÍ (Lluis Llach)
(ELLS SÓN AQUÍ)

Están aquí, entre nosotros,
tal vez en rostros inocentes
junto a la madre que acuna
a su hijo, un sol naciente.

Están aquí, entre nosotros,
en la alegría de la calle,
cerca del lecho donde muere el pobre
que sólo es rico para decir adiós;
junto al lecho donde muere el pobre
que se sabe tan rico cuando dice adiós.

Están aquí, entre nosotros,
desesperados en su interior,
desesperados en la esperanza
de que su mañana llegue presto.
Su mañana...Tiniebla blanca
en la que sus ojos sanguinolentos
disponen el orden de la vida
y de la muerte si así conviene,
y de la muerte si así conviene.

Están aquí, entre nosotros,
en la flaqueza de los inciertos,
y en la flaqueza afilan dagas
y en la flaqueza los envalentonamos.

Están aquí, entre nosotros,
con la ignorancia hecha ley,
su razón el fanatismo,
brutalidad su poder.

Están aquí, entre nosotros,
pero nosotros...¿dónde estamos?
Os lo pregunto a vosotros,
que sois amigos y sois muchos.
Están aquí, entre nosotros,
pero nosotros, ¿dónde estamos?

lunes, 9 de noviembre de 2009

Seguramente, la violencia machista sobre las mujeres no acabará si los hombres no la condenamos públicamente. (por Mariano Venzal)


LA VIOLENCIA MACHISTA SOBRE LAS MUJERES

En la estructura patriarcal nos han enseñado, a los hombres, a ser
machistas; el machismo mira a la mujer como a un ser inferior y niega la igualdad entre el hombre y la mujer; el machismo, para equilibrar la desigualdad que inventa, da al hombre poder sobre la mujer.

Atrozmente, la
estructura patriarcal y su engendro,el machismo, dan permiso al hombre para maltratar a la mujer cuando el machista piensa que la mujer no respeta su poder.

Hoy somos muchos los hombres que nos hemos apartado del machismo porque nos hemos dado cuenta que no nos hace felices; porque sentimos que el machismo no nos está dejando vivir nuestra vida.

Los hombres no podemos callar ante la violencia machista sobre las mujeres.

Hemos de perder el miedo a que los hombres machistas nos señalen
por manifestar contra ella nuestra pública repulsa; a que nos digan “tú, lo que pasa, es que no eres un hombre como tiene que ser un hombre”.

Seguramente, la violencia machista sobre las mujeres no acabará si los
hombres no la condenamos públicamente.

Creo que no vale decir “yo es que como nunca he maltratado a una mujer, pues esa historia no va conmigo”. Pienso que nuestra condena pública, la de los hombres, nos consideremos machistas o no, es necesaria para acabar con la violencia machista sobre las mujeres del mismo modo que todos hemos de condenar públicamente todas las violaciones de los derechos humanos aunque no seamos ni racistas ni xenófobos ni autores de dichas violaciones.

¿Por qué?. Pues porque cuantos más hombres condenemos públicamente la violencia machista sobre las mujeres, más corto será el camino que nos lleve al final de esta brutal violencia.