domingo, 30 de mayo de 2010

“Siempre me voy detrás de lo que siento, cada tanto muero, y aquí estoy…”

Tengo unas ganas locas de escribir… pero no encuentro el momento. Escucho a mis dedos que piden teclado… y sensaciones y sentimientos me envuelven a diario con unas tremendas ganas de compartirlos en este espacio. Y es que estamos hechos para eso. Compartimos, aunque no queramos. Lo hacemos con nosotros mismos… cuando permitimos a nuestro cerebro que se acuerde de sus dedos, de su piel, del sencillo disfrute de un bocado que se acuna entre nuestra garganta y paladar… Compartimos con quien nos rodea, nuestra peculiar manera de ver la Vida, siendo protagonistas o espectadores, da igual. Damos los buenos días, o las buenas tardes o las buenas noches o el simple hola!. Compartimos lo que nos ocupa con mucha gente. Compartimos arrumacos, aunque a veces tengan que recorrer muchos kilómetros de distancia para acariciar los oídos amados.


Y es que:

“Siempre me voy detrás de lo que siento,
cada tanto muero,
y aquí estoy…”
(Brindis Soledad Pastorutti)


Como siempre me voy detrás de lo que siento, muero cada tanto. Pero por nada del mundo renunciaría a mis errores, a mis precipitaciones… y aquí estoy para disfrutarlos, a aprender a leer entre líneas… dónde tengo que mejorar.


Volviendo a lo de escribir y mientras encuentro el momento para hablaros de los blogs de Victoria(*) -que es un placer leerlos y que van a dar mucho de sí-: (http://juguetesadultos.blogspot.com/?zx=c00ee02daa201f4c http://victoriamasajes-artdelavie.blogspot.com/), os dejo con la Tendresa (Ternura) de Lluís Llach.

Besos.

E:


(*)Victoria ha sido la primera mujer que ha escrito un comentario en el blog y tiene unos textos que rezuman frescura y mucha, mucha sabiduría. No os los perdáis!.)



La ternura

Este camino que dejo atrás es largo
pero me quiero ligero de su equipaje,
que nada valen tantos azares,
ni los viejos caminos ni el azul del mar,
si en su interior no siento como late y late

el frágil arte de la ternura...

De tu amor lo espero todo y tanto
que me hago un canto para mi atardecer,
amo el ansia de tus ojos,

el impúdico arco de tu cuerpo desnudo,
pero, amor, te quiero todavía más y siempre, más y siempre
sabiéndote esclavo de la ternura...

Del dulce latido de la ternura
que espera...
la ternura
que exalta...
la ternura
que nos cura cuando da miedo la soledad.
Ah, si no fuera por la ternura...

El mundo que vivo a menudo no lo siento mío
y conozco los porqués de una revuelta:
miseria y guerra, hambre y muerte,
fascismo y odio, rabia y miedo,
rechazo un mundo que llora estas penas, tanta pena,
pero de repente llega la ternura.

La ternura
que exalta,
la ternura
que nos ama cuando nos da miedo l
a soledad.
Ay, si no fuera por la ternura...

(En catalán… es más dulce todavía)