La otra noche nos juntamos para tomar algo “unos” del Espai y hablamos de muchas cosas. Hablamos de nosotros y de ustedes y de cómo de bien, estaba funcionando ese espacio de encuentro de cada penúltimo viernes de cada mes.
Me alegré mucho de saber que no para el goteo de gente nueva y que cada vez somos más quienes encontramos sentido a eso de poder hablar, escuchar y ser entendido cuando sacamos lo que llevamos dentro. Y no sólo cuando algo no nos funciona, sino cuando nos expresamos como sentimos, sabiendo que nadie nos va a juzgar y aún menos… señalar con el dedo. Eso es el Espai y nada menos.
Haberlo conseguido, es mucho, y probablemente sea esa la base para que las cosas puedan cambiar, pues el cambio de las relaciones entre hombres traerá inevitablemente el cambio con el resto de las relaciones.
Además de eso, hay quienes pensamos que podríamos hacer cosas hacia fuera sin que ello suponga quitar espacio al Espai, sino todo lo contrario: agrandarlo.
Noviembre ya está ahí, a las puertas, y con el una fecha-excusa para salir a la calle y decir públicamente lo que cada vez más hombres pensamos: La violencia machista contra las mujeres nos hace daño a tod@s.
Noviembre está ahí, y volverán a rodar las ruedas de hombres contra la violencia de otros hombres.
El año pasado estuvimos ahí, junto a ellas, para decirles que queremos tener la responsabilidad de no mirar para otro lado... y sería bueno repetirlo con más fuerza, ¿no?.
Mientras tanto nos lo pensamos o nos desperezamos para participar, personas como Julián… seguirán trabajando por todos nosotros y por ellas también.
Menos mal que existen personas como Él y como las que nos encontramos en el Espai.
'EXISTEN'
Menos mal que existen
los que no tienen nada que perder,
ni siquiera la muerte.
Menos mal que existen
los que no miden que palabra echar,
ni siquiera la última.
Se arriman
a la noche y al día
y sudan
si hay calor y si hay frío se mudan.
No esperan
echar sombra o raíces
pues viven
disparando contra cicatrices.
Escuchan
se proyectan y lloran
debajo
de sus huellas con tanto trabajo.
Se mueren
sin decir de que muerte
sabiendo
que en la gloria también se está muerto.
Menos mal que existen
menos mal que existen
menos mal que existen
para serlo.
Menos mal que existen
los que no tienen nada que perder,
ni siquiera la historia.
Menos mal que existen
los que no dejan de buscarse así
ni siquiera en la muerte
de buscarse así.
Silvio Rodríguez.
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